Cabo Norte en Moto – 4. La Pereza se paga

Total, que en lo que me levanté, recogí todo, lo metí en la moto y tomé un desayuno rápido en el bar del camping, cuando quise salir ¡Eran casi las 10:30h ya! “Pero bueno es verano y los días son largos” pensé (ingenuo de mí).

Ya con todo listo continué mi tranquilo viaje a Cabo Norte en Moto. Crucé Arcachón y desde allí a dar un paseo por Burdeos (Burdeaux para los franceses).

A veces hay que tomar decisiones con la cabeza y no con el corazón. Tenia ganas de pasear por Burdeos, pero entre el tráfico que encontré a la entrada, la cantidad de obras que dificultaban también el tráfico en la ciudad y el retraso que venía acumulando, hicieron que la cabeza pudiera más que el corazón.

Una visita super rápida por las calles centrales sin bajarme de la moto fué, después del devenir del resto de la jornada la mejor decisión. Asi que eso hice, y en apenas 20 minutos estaba ya a la salida de la ciudad camino del primer error de «navegación» de este viaje a Cabo Norte en moto.

Y aquí, en la salida de Burdeos cuando el primero de los imprevistos sucedió. En lugar de salir de Burdeos hacia la D137 con dirección noroeste, sin saber aún ni cómo ni porqué, estaba circulando ya bastantes kilómetros por la N10 con dirección noreste, es decir, alejándome de la costa.

Y como no había vuelta atrás posible, continué hasta Barbecieux-Saint-Hilaire para desde allí retomar mi camino hacia la costa por la D731. Ya desde el último tramo de la N10 el paisaje era bastante interesante. Viñedos inmensos a un lado y otro de la carretera me acompañaban ahora en estos kilómetros tanto en la D731 como en la D700 hacia la población de Pons.

Al llegar a la altura de Pons (y sus edificaciones medievales interesantes de ver con más calma), vi que eran las 14:15h y que entre unas cosas y otras no había parado ni a tomar algo por la mañana.

Justo en ese momento vi una especie de chiringuito con terraza en el jardín a orillas de un arroyo y decidí parar a comer algo super rápido y seguir la ruta.

Pero claramente, mis prisas no eran las del servicio del chiringuito. ¡Casi una hora para servir una simple pizza y una Coca-Cola! Eso sí, la pizza estaba muy buena.

Total, que entre unas cosas y otras eran las 16h, apenas había hecho 250Kms y aún me quedaban otros 400Kms por delante para llegar al destino previsto de hoy. El tema del horario se empezaba a ajustar demasiado, pero bueno volví a pensar eso de “es verano, y los días son largos” y me puse de nuevo en marcha.

A partir de aquí, decidí alternar vias rápidas (alguna autovía) y carreteras nacionales para intentar ganarle un poco de tiempo al reloj. Así llegue a La Rochelle, desde allí a Nantes por el P.N.R. du Marais Poitevin, y poco después a Rennes.

En Rennes, en una parada a repostar, me di cuenta de que iba a llegar sobre las 21h a Saint-Malo, así que decidí ir directamente al camping que había mirado y dejar la visita al casco antiguo de Saint-Malo para el día siguiente.

A las 20:45h llegué al primero de los campings que llevaba anotados. ¡Zas! La primera en la boca… la recepción cerraba a las 20h y no podía entrar ya. ¡Bueno no pasa nada! – pensé, vamos al segundo que estaba como a unos 5 kms. ¡Zas! La segunda en la boca. Cartel de completo y recepción cerrada.

Busqué rápidamente en Google algún otro camping y lo puse para ir hacia allá. Pero justo al ir a ponerme en marcha, vi que el bar del camping estaba abierto y decidí entrar a preguntar. Pregunte en el bar del camping y una chica muy amable, viéndome la cara de cansado decide ayudarme y llamar a otros campings de los alrededores.

Los primeros completos o cerrados. Según la escuchaba hablar con uno y con otro y viendo como negaba con su cabeza mientras hablaba, me veía durmiendo en alguna cuneta.

Pero al cuarto que llama le dicen que sí y que me esperan en el bar del camping hasta las 22.30h. Lo malo, estaba a unos 16kms de allí. Sin dudarlo, me puse el casco, metí la dirección en el móvil y volando para allá.

Efectivamente, en cuanto vieron las luces de la moto a la entrada del camping (la puerta estaba cerrada) una señora muy amable salió rauda desde la cafetería a abrirme. ¡Me libro de dormir en una cuneta de momento! – pensé.

Me dijo que haríamos el papeleo del checking por la mañana sin problema, y me acompañó hasta el sitio donde debía montar la tienda (ya a oscuras). Aproveché a preguntarla hasta cuando estaba abierto el bar y me dijo que hasta la 22.30h (eran las 21.50h) así que me puse a montar rápido y sin cambiarme para ver si me daba tiempo al menos a tomar algo fresquito con algo para llenar la barriga.

La verdad es que la zona de acampada era una praderita con césped muy cómoda y limpia, y tardé muy poco en montar la tienda. Y sin cambiarme siquiera me fui hacia el bar que estaba a apenas a 50mts de mi tienda.

Un buen bocadillo con dos buenas cervezas en el bar del camping, fueron el remate de esta segunda etapa del viaje a Cabo Norte en Moto.

Total diario:    619 kilómetros

Acumulado:    1.287 kilómetros